o PUBLICACIONES RED TRABAJO SOCIAL UCBC - UCSH: 09/01/2007 - 10/01/2007

PUBLICACIONES RED TRABAJO SOCIAL UCBC - UCSH

Este es el espacio para publicar nuestros articulos, reflexiones, comentarios de actualidad, estractos o escritos hechos por algun miembro... en relación con nuestro que hacer profesional... haremos link con publicaciones de otros sitios, etc... es decir el espacio para crear y compartir lo creado... De hecho una buena idea sería que se animaran a redactar sistematizaciones de alguna experiencia laboral y a publicarla...

07 septiembre, 2007

Una mirada Histórico-Antropológica del consumo de Drogas

Santiago Candia Albornoz.
Asistente Social, mención Familia
Licenciado en Trabajo Social



“ Salvo los alimentos, nada hay sobre la tierra tan
íntimamente asociado a la vida de los pueblos, en
todos los países y tiempos”
Louis Lewin,
Phantastica

El consumo de drogas no es un fenómeno que se haya dado sólo en nuestra sociedad actual. Es una manifestación que existe desde el comienzo de la humanidad. Ahora, ¿cómo este fenómeno se convierte en un problema social?
Necesariamente tenemos que recurrir a una mirada antropológica de la historia de las drogas que nos permita tener una visión integral de lo que el fenómeno ha sido a lo largo de la historia del hombre. He aquí una pequeña pincelada al respecto.
Hacia 1900 todas las drogas conocidas (opio, cáñamo, morfina, heroína, cocaína, entre otras) se encuentran disponibles en farmacias y droguerías de Europa, Asía y América. La propaganda que acompaña a esos productos es igualmente libre. Hay adicción, sin embargo el fenómeno en su conjunto no es un asunto jurídico, político o de ética social.

En el principio
Retrocediendo milenios, “la utilización de drogas desde el origen de los tiempos, ha sido considerada un don divino, de naturaleza fundamentalmente mágica, puesto que poseen la facultad de afectar el ánimo de los individuos” . Las primeras civilizaciones en lo que hoy es Europa, el medio y extremo Oriente, consumían y tenían plantaciones de opio y cáñamo. El uso de hierbas solanáceas alucinógenas –beleno, belladona, daturas y mandrágora- esta asociada al contacto con los dioses y usadas con los médiums –brujos, chamanes-, y cuyas plantas se atribuyen fenómenos de levitación, proezas físicas, delirios, telepatía y por supuesto el contacto con los dioses y la sanación del cuerpo .
En América éstos arbustos y plantas no son conocidas sino hasta la llegada de los conquistadores. Sin embargo existen las hierbas de la especie Brugmansia, y el tabaco (solanácea psicoactiva) y luego el peyote (alucinógeno) que son utilizados por las primeras civilizaciones en América con fines recreativos, religiosos y terapéuticos, así como en ritos de pasaje, tabacos de mayor o menor potencia se mascan, liban, fuman y beben en todo el continente. El arbusto de coca es originario de los Andes y fue usado con usos terapéuticos, físicos y religiosos por las culturas andinas. Sin embargo su uso tiene un fin concreto en estas culturas: no la de producir trances de posesión o viaje, sino de rendimiento en las labores diarias ya que este arbusto tiene en su efecto genérico el inyectar más energía, que faculta para comer menos y trabajar más .
El caso de las plantas y arbustos productoras de alcohol se destacan en todas las civilizaciones primigenias, antiguas, medias y actuales en todo el mundo. Al hombre primitivo recolector, “bastaba masticar algún fruto y luego escupirlo; la fermentación espontánea de la saliva y el vegetal producirá alcohol de baja graduación” . Sin embargo con el progreso de las culturas, se establecen también una mejora de las técnicas de fermentación de vides, cebadas y otros arbustos y frutos para obtener alcohol de baja y media graduación.

En el mundo Griego y Romano
Ahora bien, hay un cambio en la visión de las drogas en general con la civilización griega: las drogas ya no son cosas sobrenaturales, sino substancias que actúan enfriando, calentando, secando, humedeciendo, contrayendo y relajando, o haciendo dormir. Hay una visión hipocrática –que presenta la enfermedad y la cura como resultado de procesos naturales- en el uso de las drogas: en su naturaleza está curar amenazando al organismo. Lo esencial en cada una es la proporción entre dosis activa y dosis letal, pues sólo la cantidad distingue al remedio del veneno. Los griegos percibieron el fenómeno que hoy llamamos tolerancia, aunque en vez de ver allí las huellas de un hábito indeseable vieron, más bien, un mecanismo de autoinmunización . Por lo tanto en la cultura griega no se satanizaba a las drogas ni tampoco se las exaltaba; las consideraba como parte de un continuo en la vida de todo ciudadano griego.
Al igual que los griegos, el mundo romano definía droga como una “palabra indiferente, donde cabe tanto lo que sirve para matar como lo que sirve para curar, y los filtros de amor, pero ésta ley sólo reprueba lo usado para matar a alguien” (Lex Cornelia). El consumo de flores de cáñamo hembra (marihuana) en tiempos de los cesares era habitual para incitar la hilaridad y el disfrute, y también el consumo de opio pero preferentemente opio puro en terapia agónica y como eutanásico. Dioscórides describe al opio, en su tratado farmacológico más influyente en la antigüedad “Materia Médica”, “como algo que quita totalmente el dolor, mitiga la tos, refrena los reflujos estomacales y se aplica a quienes dormir no pueden”. Es un fármaco que cuya demanda excedía la oferta .
Todo este consumo en la sociedad griega y romana, no crea problemas de orden público o privado. Aunque se cuentan por millones, los usuarios regulares de opio no existen ni como casos clínicos ni como marginados sociales. La costumbre de tomar estas drogas no se distingue de otras costumbres, y de ahí que no existe en el latín expresión equivalente a “opiómano” u otro similar.

La era Cristiana
Con la cristianización del imperio romano, la visión de las drogas cambia: el alivio de la rigidez, la relajación inducida por la ebriedad o por el opio o el cáñamo, había sido para los ciudadanos romanos (paganos desde el cristianismo) uno de los grandes dones Dionisiacos, admitido también por el Antiguo Testamento, y cambia radicalmente con el cristianismo: había que liquidar todo estímulo a conductas relajadas. La formalización del rito eucarístico comenzó reduciendo a símbolo el ayuno, para luego reservar el vino al sacerdote. Esto permitió retener al núcleo de todas las religiones naturales –que es comer y beber del Dios-, descartando al mismo tiempo las substancias que aseguraban un trance psíquico muy intenso. De aquí en adelante en la era cristiana, en vez de caer en el trance, lo que se exige es querer creer, tener fe. Aunque los sentidos no hayan notado diferencia antes ni después de tragar la hostia bendita, la fe consuma el milagro de tener a Dios dentro en forma física. Todos los otros ritos mistéricos del Mediterráneo pasan a ser tratos con potencias satánicas, sometidos a estigma. Dios no tendrá ya nada de misterio vegetal y multiplicidad: será uno y trascendente, como la propia autoridad de la fe .
Para el pagano la euforia, tanto positiva (por obtención de felicidad) como negativa (por alivio de dolor), constituye un fin en sí. La euforia es sencillamente terapéutica, sana. La fe cristiana desea, en cambio, una medida considerable de aflicción, porque el dolor es grato a Dios mientras mortifique a la carne . El saber pagano y en especial el relativo a las drogas se considera contaminado de brujería. En plena Edad Media, hacía fines del siglo X, cuando la Iglesia y el Imperio son una unidad sin fisuras, el uso de “plantas diabólicas” es traición a la fe cristiana; emplear drogas con fines terapéuticos puede ser sinónimo de herejía . El droguero es un mago, y la magia está prohibida: esta es una de las causas, de la pérdida del conocimiento médico y farmacológico que venía con la cultura grecorromana durante la Edad Media y que resurge con las traducciones de los tratados de los sabios clásicos, al final de ésta época.
Sin embargo, son las “brujas medievales” quienes experimentan con diversas plantas en infusiones o ungüentos para poder tener experiencias de placer y vitalidad o caer en trance visionario, relacionado, en parte, con el goce erótico. Para ello se apoyan, desde luego, en sustancias psicoactivas: las formulas de estas preparaciones no sólo contienen haschisch, flores de cáñamo hembra, opio y solanáceas, sino ingredientes como DMT o dimetiltriptamina (encontrada en la piel del sapo) o harina contaminada por cornezuelo (que contiene amida del ácido lisérgico o LSD) . Con esa variedad de substancias, y la potencia que deriva de sus mezclas, un brujo o bruja europea competente, podía inducir variados trances, orientado hacia fines de ensoñación y éxtasis solitario, inaugurando un comercio subterráneo de untos y brebajes entre una parte de la población.
Ahora bien, la superación de ésta época en términos de casa de brujas incluía dos partes. “Primero era necesario reducir lo reputadamente sobrenatural o algo prosaico, como las propiedades de ciertas plantas. Luego era preciso mostrar que lo prosaico presentaba gran utilidad para todos, siendo pura y saludable medicina” .

Época moderna
Con el Renacimiento, la unidad de la Iglesia e Imperio empieza a desintegrarse en varios Estados nacionales, y ya la idea tradicional de autoridad ha sido erosionada por el racionalismo y la ilustración. Entre otras muchas cosas, el estudio químico toma cierta importancia: a éstas alturas gran parte de los médicos “alquimistas” recetaban opio a sus pacientes en forma terapéutica. No obstante, siendo el opio muy utilizado por gran parte de la población, no existen indicios de “opiómanos” que hubiera que controlar.
Entrado el siglo XVIII, suplantar el juicio del adulto en materias de conciencia –alegando hacerlo por su bien- parece cada vez más indefendible, y aunque las monarquías absolutas sueñen con un reinado perpetuo, el espíritu moderno está sentando las bases de democracias parlamentarias, incompatible con la caza de heterodoxos religiosos. Esto significa que las drogas del “paganismo” emergen a la luz del día, amparadas ahora por médicos, boticarios y químicos. El primer preparado del opio –barato y que por lo tanto estuviese al alcance del pueblo- a estas alturas fue el láudano, utilizado por las cortes reales europeas (personajes cómo Pedro el Grande y Catalina de Rusia, Federico II de Prusia, María Teresa de Austria, Luis XV y XVI fueron asiduos de éste preparado) y por una gran parte de la población . Un siglo más tarde, al igual que los vinos y licores, las familias tenían elixires para la tos, grageas para los nervios, láudanos y tés opiados para el insomnio. Aunque estos productos fuesen marcadamente psicoactivos, sólo se tomaban como medicinas en sentido pagano, esto es como un modo de combatir molestias y sentirse mejor.
Sin embargo, el aumento de la demanda, hizo escasear el producto. A mediados del 1800, el Imperio Británico establece una línea de comercio de opio con China, que por diversas controversias se culmina con la “Guerra del Opio”, para así de éste modo favorecer la balanza comercial de Inglaterra y quedarse con el dominio de ésta droga. Ahora bien, fueron los ingleses quienes se plantearon en sus colonias, el estado de consumo del opio. Es así que a finales del 1800 el 5% de la población total en India era usuario regular del opio (Royal Commission on Opium). Sin embargo no planteaba problema sanitario o criminal, de ahí que concluya dicho informe que “hay un uso habitual y moderado que carece de inconvenientes para la salud y bienestar” de la población .
Ya para estas alturas, la química realiza avances sensacionales. Combinados con la conveniencia comercial, esos hallazgos resucitan la idea de drogas perfectas, encarnadas por sucesivas substancias que irán proponiéndose como versiones modernas y superiores de los antídotos antiguos. Se han descubierto los principios activos –los fármacos puros- de distintas plantas, en una sucesión que comienza con la morfina (1806) para seguir con codeína (1832), atropina (1833), cafeína (1841), cocaína (1860), heroína (1883), mescalina (1896), barbitúricos (1903). Ya no era preciso transportar masas vegetales corruptibles de un sitio a otro, porque en un maletín cabían hectáreas de cultivos . Tampoco habría las incertidumbres derivadas de concentraciones desiguales en distintas plantas, pues la pureza permitía dosificar con exactitud, multiplicando los márgenes de seguridad para el usuario. Las drogas dejaron de ser vegetales más o menos mágicos, ligados a ritos y aspectos. Sus principios –casi siempre compuestos alcalinos o alcaloides, formados básicamente por carbono, hidrógeno y nitrógeno- se comprendieron como elementos nucleares de la substancia orgánica, libres de énfasis mítico.

En el siglo XIX
Con plena civilización industrial, un periodo de cambio, tensión y feroz competitividad en nombre del progreso, es natural que exista insomnio, neurosis y abatimiento; comenzaba también una crisis de fe religiosa y autoridad dentro de la familia tradicional, que propiciaba en algunos la nostalgia hacia viejos tutores y tabúes, mientas otros caían en el desarraigo, incapaces de adaptarse al pasado tanto como al presente. Justamente entonces –mientras suceden las revoluciones y restauraciones políticas, procesos de independencias y emancipaciones, pero por sobre todo la transformación tecnológica del mundo- los ojos se vuelven con entusiasmo hacia las drogas con influencia sobre el ánimo .
Es común por estas alturas, que ciertas drogas se vendieran en envases dobles junto al ácido acetilsalicílico (aspirina). Es así que, la heroína se vendiera conjuntamente con ésta, en recipientes dobles, favoreciendo a que aquella pequeña fabrica de colorantes de F. Bayer se convirtiera en un gigante químico mundial como lo es hoy en día. Pasando por alto su capacidad para producir dependencia, el prospecto de Bayer sobre el producto era el siguiente: “adormece todo sentimiento de temor. Incluso dosis mínimas hacen desaparecer todo tipo de tos, hasta en los tuberculosos...”
Incluso en la comercialización de la cocaína, la propaganda resulta más intensa que el de la morfina o la heroína pues pasa por “alimento para los nervios”. Incluso químicos y farmacéuticos connotados como Parke Davis y Merck, se disputaran la aprobación de Sigmund Freud –tenaz investigador del fármaco- para que éste loara el producto producido por ambos .

Persecución y puritanismo
Como se ha dicho en párrafos anteriores hacia comienzos del siglo XX, todas las drogas conocidas se encuentran disponibles en farmacias y droguerías, tanto en Europa, Asía y América. La propaganda de los fármacos es igualmente libre. Hay adictos al opio, la morfina, la heroína y la cocaína, pero el fenómeno en su conjunto –los usuarios moderados y ocasionales- no llama la atención de los jueces, políticos o de la Iglesia. Sin embargo hay voces de protesta, convencidas de que la libertad imperante es un problema. El uso de substancias psicoactivas, se considera vicio incluso allí donde resulta ocasional y prudente. La vigorosa reacción puritana en Estados Unidos, que mira con desconfianza las masas de nuevos inmigrantes y las grandes urbes. Las distintas drogas se ligan ahora a grupos definidos por clase social, confesión religiosa o raza; “las primeras voces de alarma sobre el opio coinciden con la corrupción infantil atribuida a los chinos, el anatema de la cocaína con ultrajes sexuales de los negros, la condena a la marihuana con la irrupción de los mexicanos, y el propósito de abolir el alcohol con inmoralidades de judíos e irlandeses” . Tanto es así que en la Conferencia Misionera Mundial de 1900, el gobierno de los EE.UU. propone celebrar el inicio del segundo milenio cristiano con “una cruzada civilizadora internacional contra bebidas y drogas”; su fin es una política “de prohibición para razas aborígenes, en interés del comercio tanto como de la conciencia”. Sin embargo, ya en 1919 en un anexo al Tratado de Versalles, el Convenio de la Haya sustenta que es “un deber de todo Estado velar por el uso legítimo de ciertas drogas” .
En 1905, cuando aparecen las primeras discursos de alarma, el Congreso norteamericano encargó un estudio para evaluar el número de “habituados” al opio y cocaína en EE.UU.: las conclusiones fueron que cerca del 0,5% de la población de entonces era consumidor habitual de dichas sustancias. Sin embargo, en el mismo estudio no hay conclusiones sobre muertos por sobredosis, ni delitos asociados al consumo. Estos “habituados” eran mayoritariamente personas de mediana y tercera edad, bien integradas social y laboralmente , que habían empezado a consumir dichas drogas por recomendación médica y llevaban una o varias décadas usándolas.
Ya en 1919, con una gran campaña puritana, la nueva legislación represiva impulsa las conductas delatoras; surge el mercado negro y con ello el cambio de las clases consumidoras: ahora empieza a concentrarse en gente muchos más joven y pobre, en muchos de ellos con historial penal delictivo. Con leyes tan represivas y premiando la delación para acabar con la venta de algunas drogas sin un fin eminentemente terapéutico (opio y morfina), y el alcohol (ley seca), en 1932, “ a doce años de vigencia, el precepto ha creado medio millón de nuevos delincuentes y una corrupción en todos los niveles”, familias y organizaciones gansteriles controlan no sólo el tráfico sino que tienen influencias y corrompen algunos sindicatos y organizaciones políticas .
Viendo que el remedio fue peor que la enfermedad, al año siguiente se deroga la ley seca; es entonces cuando las organizaciones criminales deciden terminar con sus rivalidades de los años anteriores y cambian de producto, del alcohol a otras drogas, aprovechando la prohibición vigente para algunas de éstas. Sin embargo la cocaína se deja de lado pues ese mismo año se produce la comercialización de la anfetamina –un estimulante mucho más activo, de venta libre en farmacias- y la morfina, pues es de consumo preferente de sectores pudientes y ligados al “orden”. Sin embargo la legislación norteamericana decide ilegalizar la producción y venta de heroína –usada hasta ese momento como tratamiento para la cura de opiómanos y morfinómanos- y es aquí donde las organizaciones criminales vuelcan sus energías.
Algo similar ocurre, en la mayoría de las sociedades occidentales. Sin embargo, en la década de los 40’, 50’ y hasta mediados de los 60’ el consumo de anfetaminas y barbitúricos es de uso masivo- sobre todo en personas vinculadas al periodismo, al mundo artístico incluso policial-.

En la segunda mitad del siglo XX
Con los nuevos fenómenos sociales, (expansión del socialismo, la contrapartida del capitalismo: la guerra fría), y fundamentalmente por la masificación de los medios de comunicación –como la radio en un principio y luego la televisión- poco a poco se vislumbra un cambio en las costumbres cotidianas. La irrupción del rock como fenómeno musical masivo de protesta frente a lo establecido (“sexo, drogas y rock & roll”), marca un hito para millones de jóvenes frente al mundo adulto. La masificación de la marihuana, la experimentación de otras drogas alucinógenas y de características visionarias o de viaje, eran aprobadas y deseadas por algunos investigadores universitarios; esto como una forma de rechazar las normativas represoras, y las luchas fratricidas en contra de la humanidad, una forma de buscar el propio destino –búsqueda en definitiva de sentido- .
Al respecto, estas conductas de consumo con éste tipo de drogas, permiten en definitiva, refugiarse “en un mundo propio que ofrezca mejores condiciones para su sensibilidad” . Las drogas cumplirían un carácter benéfico en la lucha por la felicidad y en la prevención de la miseria existencial que estaría arraigado no solo en los individuos que consumen drogas sino en todo el inconsciente colectivo libidinal de los pueblos .
Tal como hoy las condiciones existenciales se suscitan cotidianamente, el diario vivir nos resulta demasiado tedioso, nos ofrece excesivos sufrimientos y desilusiones -temor al desarraigo, consumismo, pérdida del sentido, crisis en los valores tradicionales de familia-. Para poder afrontarla necesitamos necesariamente paliativos. Freud nos plantea que estos lenitivos para soportar la vida la compone una trilogía: las diversiones vigorosas, que hacen parecer diminuta nuestra miseria; las satisfacciones sustitutivas que la comprimen y los narcóticos que nos vuelven insensibles a ella . Al parecer nuestra realidad nos hace inclinar que es ésta última la que predomina en nuestra sociedad, y deja de ser un problema particular, sino que se convierte en un fenómeno social que rompe las barreras de clases, sociedades y culturas, todo esto amenizado por una fuerte implicancia del tráfico de dichas sustancias que provocan corrupción inevitablemente en todas las instancias del estado y de la sociedad civil.








BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

1. Candia; Farías; Soto.: “El Discurso de los jóvenes consumidores habituales de drogas y su contexto familiar: una mirada desde el Trabajo Social”. Seminario de Grado. UCBC, Santiago, 1998.

2. Escohotado, Antonio: “Las drogas. De los orígenes a la prohibición”. Alianza Cien Editorial. Madrid, 1994.

3. Escohotado, Antonio: “Historia de las Drogas” tomo 1, 2 y 3. Alianza Editorial, Madrid, 1995.

4. Freud, Sigmund: “El malestar en la cultura”. Alianza Editorial. Madrid, 1993.

5. López R.; Lozano F.: “Las culturas y las drogas” en “Historia Universal”. CECSA. Ciudad de México, 1972.

BUSCANDO LA FELICIDAD

Karina Olivares O.
Lic. en Trabajo Social – Maestra Reiki Usui

Frecuentemente nos preguntamos por qué es tan difícil llevar una vida mejor de la que objetivamente llevamos, como incrementar el nivel de bienestar, de paz interior y de equilibrio dentro del sistema en el cual nos encontramos. ¿Es posible vivir una vida alternativa, bajo los principios de la espiritualidad, esto es: amor al prójimo y a nosotros mismos, salud, desapego a lo material, solidaridad?

Este parece ser un camino difícil para muchos, incluso irrealizable en la práctica dado que las estructuras sociales y económicas lo impiden. Dentro de este paradigma, un sistema urbano, industrial y tecnológico, la espiritualidad queda fuera porque este un modelo eminentemente materialista y el materialismo como modelo de comprensión sostiene que la espiritualidad, ligada a la religión, es una especie de “opio del pueblo”, una fantasía en la mente de fantasiosos idealistas trasnochados.

Así las cosas, los males menores de vivir en este sistema son aceptar y aprender a vivir con altos grados de ansiedad, inseguridad y depresión, una pandemia que aqueja a más del 20% de la población mundial. Sinsabores de estar disfrutando de esta economía social de mercado (...)

La mayoría de las personas van por la vida siguiendo esta corriente, fluyendo con los dictámenes del mercado, esta especie de religión, donde en el centro están el poder, el prestigio y los bienes de consumo. En esta lógica “a mayor consumo, mayor felicidad”, luego la pregunta es ¿ésta es la vida que hay que vivir? ¿Porque tantos no son felices entonces?.

Si la felicidad está en el logro de ciertos objetivos bien establecidos ¿por qué tantos heridos en el camino? Los acérrimos defensores del sistema dirán que estas son las reglas del juego, que debemos adaptarnos, y otra corriente dirá que este es un sistema inhumano, que hay que corregirlo, derribarlo, sin embargo, el sistema sigue andando y siguen cayendo también los heridos.

Iniciar un camino espiritual es preguntarse por el sentido de la vida, preguntarse qué es la vida realmente. Podríamos decir que la vida es este conjunto de experiencias físicas, sensitivas, sensoriales y espirituales, que tienen una duración definida, que dura mientras permanecemos y que dentro de ella tenemos un ciclo continuo: nos levantamos, trabajamos, comemos, descansamos, nos relacionamos, pero ¿Es significativa esta rutina?. ¿Esta es la vida, lo significativo de ella?

La vida trasciende con mucho las actividades instrumentales que hacemos, sin embargo, para muchos esa es la única manera de vivir. Trabajar, vivir para disfrutar de los pocos momentos robados al trabajo, temer por la seguridad, asegurar los bienes, formar una familia.

Todo esto es importante: tener alimentación, vestirnos, cobijarnos, lograr una casa, recibir reconocimiento. ¿Pero este es el sentido? ¿Esta es la Vida?, si es así, tenemos que luchar por la vida, para poder mantener en alto los pilares que sustentan nuestra felicidad. Sobre esta lógica se fundan ciertos principios de una sociedad de mercado: luchar por cuidar lo que tenemos, para seguir teniéndolo y competir tan hábilmente como se pueda. La pregunta es ¿Así tenemos que vivir?

El ser humano trasciende a las otras especies porque posee la enorme potencialidad de su pensamiento, aquello nos separa de otros seres, tenemos inteligencia humana. Que el ser humano tenga inteligencia, posea una potencialidad mental que le permita percibir ciertos acontecimientos como placenteros o displacenteros, no es ni bueno ni malo, es una capacidad distinta que solo nos diferencia del resto.

La energía de la mente y del pensamiento es comparable a la energía nuclear, “no es ni buena ni mala” es el uso que logramos darle a esta energía. Si la usamos para destruir, podemos crear un infierno interno y externo a nuestro alrededor. De la misma manera, si usamos la mente en forma constructiva, podemos crear cosas maravillosas con otras personas y eso nos traerá de retorno buenas cosas a nosotros mismos. Basta recordar a los grades maestros de la humanidad, Mahatma Gandi fue un hombre pequeño y frágil, sin embargo, la potencialidad de su mente y el poder personal que irradiaba, hicieron posibles grandes trasformaciones en la sociedad hindú. Hoy es un paradigma de la no-violencia activa.

La mente se aferra a la imagen del Yo histórico que hemos construido: “somos tímidos, no nos gusta enfrentarnos a una audiencia, tenemos temor al ridículo y a la critica”, “hay que construir seguridad porque no se sabe que sucederá mañana...” Esos son típicos resguardos de la mente que se aferra a estos preconceptos y que se encuentra cómoda en el status quo que hemos formado sobre nosotros mismos.

Si queremos deshacernos de los problemas, tenemos que dar un salto cuántico de sabiduría, reducir esa mente que se aferra al yo, que tiene una visión autoaferrada, que ve como unilateral la vida y los seres: “el mundo es un lugar peligroso e inseguro, hay que protegerse” “Hay que ser alguien en la vida, porque si no, no serás nadie...” (¡¡si es que eso fuese posible..!!). La sociedad de mercado provoca sufrimiento mental en nosotros porque apela a las inseguridades arraigadas en nuestra mente, haciéndonos creer que esa es la única realidad posible.

Las tradiciones espirituales señalan que el ser humano se ha desconectado de la totalidad (yo conectado con todo, donde no hay posibilidad de daño alguno) y que vive inmerso en una especie de dualidad que tiende a fragmentarlo (yo fuera del todo, donde hay que luchar para satisfacer las necesidades) generando sufrimiento mental y físico. Las premisas o supuestos que promueve el sistema serían según Chopra los siguientes:

- Podríamos perder lo que necesitamos para sostenernos
- Alguien tiene el control de todo
- Enfrentamos algo impredecible y desconocido
- No merecemos un revés como este
- Podría resultar lastimado si la situación no me favorece.

Los budistas dicen que el ego es el peor enemigo que tenemos, porque además de asegurar nuestra supervivencia, y eso está bien, tiene la tendencia a crearnos más necesidades de las que realmente tenemos que cubrir. Por lo tanto debemos mantener una observación y establecer límites al Ego.

Para superar esta tendencia, señalan ellos, debemos comprender cual es la naturaleza de las cosas y los seres. Tenemos que entender cual es la naturaleza de la realidad y comprender que esta es mutable y transitoria, por lo tanto es imposible apegarse a algo sin sufrir el “desengaño” de la perdida, para evitar ello debiéramos entonces concienciar que estamos generando apego. Que la realidad es inmensa y que todo está interconectado, esto significa que estamos relacionados con todos los seres y que la realidad no está afuera, sino adentro de nosotros mismos.

Tenemos el cuerpo y la mente, también el plano espiritual que abarca y trasciende estos dos planos. El cuerpo necesita lo material, pero si trabajamos para dar satisfacción al cuerpo (alimento, vestimenta, seguridad) probablemente el cuerpo se satisfaga prontamente. Pero si seguimos corriendo en forma inagotable una vez que hemos satisfecho nuestras necesidades, hay que preguntarse quien esta corriendo entonces, y ese que sigue corriendo cuando el cuerpo está satisfecho es la mente.

Observando el fenómeno de la obesidad en nuestro país podemos interpretar que sucede en nuestra sociedad actual. La gente excede con mucho el limite de calorías que precisa su cuerpo, y entonces comprendemos que cuando esto se transforma en un problema, el problema es del cuerpo, pero también es un problema mental. La persona se aferra a las sensaciones placenteras que provoca el ingerir alimentos ricos en grasas, esta es una visión autoaferrada que tiene su ego y que genera un gran sufrimiento. Irónicamente intenta aplacar un dolor emocional (abandono, ira, maltrato) aferrándose a una conducta que trae aún más sufrimiento, aunque desplazado hacia el cuerpo.

Tratamos arduamente por tener cosas y eso nos hace pensar que somos felices, pero si fuese así los millonarios serian un paradigma de felicidad, pero sus mentes siguen estando habidas y en constante búsqueda.

Miremos la vida, máximo vivimos 90 años y aunque no nos guste tenemos que despedirnos, esta es una realidad para el cuerpo, cada una de las células conoce su plazo para vivir y desarrollarse ¿podrían siquiera imaginar a una célula sufriendo porque va a morir?

La mente se aferra a las experiencias placenteras de la vida: las personas, las relaciones, el status, los logros, entonces cuando la vida se acaba como experiencia en un cuerpo físico la mente sufre, tenemos dolor por lo que perdemos. Cabe preguntarse si el dolor es algo natural o representa la respuesta a una interpretación errónea que hemos dado de la vida y de lo que ella puede ofrecernos.

Entonces, la mayor parte de las personas sufre por el autoaferramiento: esto es en otras palabras excesivo apego a ciertas experiencias materiales y sensoriales: La casa, se quemó y es un desastre; el auto, me lo chocaron y es una terrible experiencia; el trabajo, estudié con tanto esfuerzo y no me merezco este despido, etc., etc. Si es así con los objetos, aún más lo es con los seres.

Einstein decía que nuestro objetivo debía ser liberarse uno de uno mismo. Tenemos un dolor de cabeza, la manera realista de desprenderse de esto es pensar por qué lo tengo: dormí poco, trabajé demasiado, etc. Entonces me río un poco, salgo con amigos o medito, bajo ese nivel de ansiedad y tengo una vida más serena. La otra forma es quejarse de que tengo ese dolor y hacer parte a los demás en mi desgracia: “porqué Dios me hace eso, no me lo merezco”, etc, etc.. y ese pensamiento sigue empeorando nuestra salud y enfermando a nuestro entorno.

Tenemos que partir con ayudarnos a nosotros mismos y cooperar con la higiene mental, lo cual significa darle a cada acontecimiento de la vida el lugar que tiene. Cuando la mente está tranquila podemos disfrutar, no hay ansiedades y estamos más situados en el presente. Sin embargo, tenemos la tendencia a querer acumular y adornar las experiencias y comenzamos a no estar satisfechos. Van a querer más y casi siempre no hay punto final para eso: tengo una carrera, sin embargo tengo que seguir creciendo, entonces hago un Magíster, luego un Doctorado y así. No existe una meta. La mente no descansa y eso produce mucho sufrimiento y frustración.


La tarea es establecer límites a nuestros deseos, en este sentido por ejemplo, poner límites a la adquisición de bienes materiales, ya que la acumulación genera apego y el apego genera sufrimiento, dado que estos bienes se encuentran insertos en el reino de lo mutable y perecedero. Sin embargo, para el progreso espiritual no debiera haber límite.

¿Cómo observo que voy progresando en lo espiritual? Deepak Chopra, señala que como la transformación es la norma, es imposible no crecer y que aunque sigas siendo quién eres y estés viviendo en este mundo difícil, puedes dar un salto cuantico en tu conciencia y la señal será la aparición de alguna propiedad emergente que no tenías en el pasado. Estas propiedades emergentes espirituales son:

- Claridad de conciencia
- Cognición
- Veneración a la vida
- Ausencia de violencia
- Ausencia de miedo
- Integridad

Podemos tener problemas y ciertamente cada ser los tiene, pero lo importante es la actitud que tengamos frente a ellos, apreciar lo que ya tenemos, no entrar en el autopadecimiento del tipo “yo no me merezco esto.. y otras dramatizaciones” porque siempre habrá personas más arriba y más abajo que nosotros, con más salud, con más dinero, menos estresadas, con menos sufrimiento.

Esto no significa echarnos a dormir en lo que tenemos, debemos hacer un esfuerzo razonable por conseguir lo que queremos y la vía es comenzar a desprenderse el ego dándole donde más le duele: saliendo de la ilusión de que el Yo está separado de todo lo demás, dando lo que somos a los demás, practicando la solidaridad que es para los budistas la forma de “quemar” nuestros Karmas o acciones que hayamos emprendido en el pasado y que en la actualidad nos pueden estar generando sufrimiento.

Cómo poder comprender mejor los problemas, por ejemplo, ante la muerte de un ser querido, un hijo, un padre, esto indudablemente duele, genera sufrimiento y hay personas que generan una gran depresión luego de una pérdida de este tipo:

1. Aceptar que ellos o yo vamos a morir y que independiente de lo grato de los momentos vividos, esta es una ley para el cuerpo físico, meditando esto previamente no entraremos en estado de schock.
2. Saber que no les pasa solo a ustedes sino a todos los seres vivientes.
3. Ya que estamos juntos, tenemos un tiempo limitado, por lo tanto tratar de vivirlo en armonía.

Quienes están en esta especie de túnel negro que es la depresión, debiesen poner freno a los deseos del ego que tiende a hacerse preponderante y exclusivo, que tiende a hacernos seres aislados e inseguros, y a su vez, no poner limites a la prestación de ayuda a los demás.

Entonces, si incorporan a los demás van a ser más felices. Todo debe partir desde el núcleo hacia fuera y luego ese núcleo por efecto repetidor, se manifiesta hacia las capas externas. Escucha El Efecto Susurro del Tao Te King:



¿Quieres ser una influencia positiva para el mundo?
Primero, pon orden en tu vida.
Asiéntate en el principio único de manera que tu conducta sea íntegra y eficaz.
Si así haces, ganarás respeto y serás una influencia poderosa.
Tu conducta influencia a otros por el efecto del susurro.
El efecto del susurro tiene resonancia
porque todos tienen influencia en todos.
La gente poderosa tiene poderosa influencia.
Si tu vida funciona, influenciarás a tu familia,
si tu familia funciona, tu familia influenciará a la comunidad.
Si tu comunidad funciona, tu comunidad influenciará al país.
Si tu país funciona, tu país influenciará al mundo.
Si tu mundo funciona, el efecto del susurro se repartirá por el cosmos.
Recuerda que tu influencia empieza en ti
y surge de ti como un susurro.
Por lo tanto, asegúrate de que tu influencia sea a la vez
potente e íntegra.
¿Cómo lo sabré?
Todo crecimiento avanza hacia afuera de un núcleo potente.
Tú eres un núcleo.











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Referencias:
- Deepak Chopra. El Libro de los secretos, Ed. Alamah, 2005
- Ven. Lama Geshe Lhakdor. Apuntes Conferencia "El Sentido de la Vida", 2006

04 septiembre, 2007

MARÍA (Una historia Verdadera, relatada por Mauricio Meneses, Asistente Social Hosp. Luis Calvo Mackenna)

María

“Mi nombre es María, nací en el Hospital Barros Luco, me crié en la comuna de San Bernardo en la Población El sauce, ahí viví hasta los seis años y de ahí nos cambiamos a la comuna de La Florida… y ahí viví toda mi vida, toda mi niñez, mi juventud y … la básica la estudié en un colegio que había en el campamento, porque vivíamos en un campamento que se llamaba Nueva La Habana, después pasó a ser la Población Nuevo Amanecer. Ahí estudié toda la básica, se llamaba colegio Nuevo Amanecer, pero ahora tiene otro nombre, después en Primero Medio estuve en el Comercial…no me acuerdo como se llamaba tampoco, pero quedaba en Irarrázabal. En Segundo Medio me fui a un liceo en San Miguel y ahí terminé Cuarto Medio se llamaba B-95, ahora también tiene otro nombre. Somos cinco hermanos, yo soy la segunda, yo en mi infancia y como niña vivía mi mundo no’ más, yo era feliz siendo cabra chica, yo no me preocupaba de los problemas, teníamos hartos problemas eso sí. Ahora que estoy grande me doy cuenta que tuvimos hartos problemas, porque mi papá tomaba, era bueno para tomar, entonces pasábamos hambre, frío…eh….de repente mi papá peliaba con mi mamá …nos castigaba, castigaban a mi hermano mayor y a mí. Nosotros siempre éramos los que más tocábamos, era mañoso, sobretodo cuando andaba con trago ….pero en el fondo igual era feliz, lo pasaba chancho jugando con los niños , no era una preocupación las demás cosas, incluso hasta cuando lola siempre me decían mis amigos que yo era feliz porque siempre andaba sonriendo que no se me notaba que yo tuviera problemas …tenía hartos problemas, porque ya estaba grande y me daba cuenta de los problemas que habían en la casa, mi mamá peliaba con mi papá porque tenía otra mujer…pero yo cerraba la puerta de mi casa y era otro mundo el que yo vivía, trataba de ser feliz afuera.
Viví , desde que hice mi primera comunión, en la Iglesia, el fin de semana era pasar en la Iglesia (Iglesia Católica), hice mi primera comunión, después me integré a un grupo juvenil, después fui catequista, hice mi confirmación y en eso de ir a charlas pa’ un lado, que iba a reuniones, a jornadas, entre ese ir y venir conocí a mi marido… Nos hicimos amigos, después empezamos a pololiar, pololeamos un año, yo tenía 17 años. Lo conocí cuando estaba en cuarto medio, pololeamos un par de meses, después terminamos, después volvimos cuando tenía como 19 años y de ahí al cumplir los 21 nos casamos. De un principio no me gustaba nada de él, (ríe) no sé… porque él le gustaba a mis amigas y cuando a mi me decían “me gusta ese chiquillo” yo trataba de no interferir, fue él quien se acercó a mi, me pidió pololeo, de primera yo no quería pololear con él , porque le gustaba a mi amiga, entonces yo le decía “no, tu le gustai a mi amiga, yo no puedo andar contigo”, pero a él le gustaba yo y ahí después me empezó a conquistar, era cariñoso, era guapo también y…ahí se van dando las cosas y hasta que nos casamos.
Quedé embarazada, me embaracé de mi primer hijo y nos casamos. Fue difícil porque el terror de decirle a mi papá que estaba embarazada sin haberme casado era… terrible. No sabía donde meterme, no por lo que yo había hecho, yo estaba consciente, sino por el miedo a él. Mi papá no supo hasta que estábamos casados, tenía cinco meses, no se me notaba, era flacuchenta así que no se me notaba y a mi mamá le dijimos, o sea mi marido le dijo, pero fue terrible porque mi mamá se enojó conmigo, mi hermana me trataba mal, viví super mal ese periodo porque mi mamá en vez de apoyarme…yo no era una niña mala, trabajaba…. ahora entiendo, porque yo era su brazo derecho. Trabajábamos las dos en la casa entonces yo le ayudaba, cocinaba, mientras ella trabajaba, entonces eso fue lo que más le dolió porque me iba a tener que ir y no iba a tener ese apoyo que tenía conmigo, pero igual…me trataron mal…incluso un día mi marido no llegó una noche y un día entero y ahí fue pero…”viste, ya te dejó”, “ya no vino”, “que ya se perdió” , no me dejaron en paz ese día, con mi hermana …las dos…Pero después me casé y me fui…ya estando con mi marido estuvimos tranquilos y después que nace la guagua cambia todo.
Nos fuimos a vivir solos, porque mi marido vivía solo …ya cuando nace la guagua se olvidan todos los problemas. Cuando nació la guagua nos volvimos donde mi mamá (ríe)…mi marido se había quedado solo, su mamá se había muerto, su papá se había casado de nuevo, sus hermanos se habían enojado, entonces mi marido había quedado solo y como estaba solo me fui a vivir con él, pero después volvieron los hermanos y hubo problemas, ellos hicieron problemas…cuando estaba por tener la guagua me fui donde mi mamá para no estar sola y después que nació decidí no volver más. El embarazo fue bueno, yo trabajaba, trabajé hasta que me dieron el pre-natal, no hubo problemas, trabajaba haciendo aseo en el banco.
Lo otro es que me casé más por salir de la casa, de todos los problemas, de ver que mi papá tomaba, era pesado conmigo, como era lola, era pesado conmigo, aunque yo trabajaba era pesado, si me demoraba en llegar me preguntaba donde había estado, que quizás donde andaba, que andaba leseando…Me casé.. igual quería a mi marido, pero si hubiera habido otra situación en la casa no me habría casado tan joven….

De salir del machismo de mi papá… caí en las manos de otro machista (ríe)…después de casados mi marido cambió, no era el mismo con el que pololié, se puso más pesado conmigo, más estricto, más…era mi otro papá…entonces igual fue difícil porque yo no pretendía que el matrimonio fuera eso, .... hasta que nos adaptamos y como yo tengo mi carácter fuerte entonces no le aguanté que fuera tan pesado conmigo, nos adaptamos y hemos logrado ser felices dentro de lo que se puede .
Raúl fue mi primer hijo, cuando cumplió cinco años nació el Hernaldo y los niños vinieron porque los quisimos porque…”ya tengamos otra guagüita, ya?”…estabamos bien, vivamos donde mis papás y… todo se fue dando, nacían bien, sin problemas. Los niños eran regalones, eran los únicos nietos, los únicos sobrinos, regaloneaban de lo lindo los dos.
Mi papá siempre se metía en mi matrimonio y siempre le daba el favor a mi esposo, igual ya no era él quien me mandaba, estando casada yo hacía mi vida también, yo no le pedía permiso a él, pero si yo salía mucho cuando llegaba mi esposo él me acusaba. Siempre andaba pendiente, pero con mi esposo no tenía problemas, yo le decía que si la casa estaba limpia, estaba todo hecho y cuando llegaba tenía preparada la comida no tenía nada que reclamarme, los niños estaban bien, limpiecitos, entonces no tenía nada que reclamarme.
El Hernaldo me hizo pasar un susto a los tres meses, le dio una meningitis, ahí pasé harto susto, sufrí, lloré, grité, también estuvo hospitalizado aquí en el cuarto piso, una semana, y gracias a Dios salió airoso de eso, los médicos me dijeron que lo había traído a tiempo. Fue un niño inquieto eso si, siempre fue un niño maldadoso, me hacía rabiar siempre, desde que empezó a gatear andaba haciendo maldades.
Después postulamos a una casa y cuando estaba por salirnos la casa, el Hernaldo tenía como 5 años, le digo a mi marido si teníamos otra guagüita haber si ahora nos salía la niñita. El no quería, pero yo le decía que íbamos a tener la casa, estábamos bien económicamente, estábamos super bien y yo le decía que podíamos y hasta que cedió y ya bueno tengamos otro. Yo siempre con la esperanza que fuera una niñita, siempre supe que el tercero iba a ser una niñita …Y nace la Lissette en Febrero de 1996, bien, el embarazo fue terrible eso sí, el de los niños ni un problema, pero el de la Lissette fue horrible, me sentía muy mal, no podía hacer nada, estuve con síntomas de pérdida, el médico me tenía en reposo, no valía un veinte con ese embarazo.
Como a los cinco meses me hicieron una ecografía y el médico me dijo que era niñita, pero…mi instinto siempre me dijo que era mujer, pero no me hacía ilusiones. Después a los ocho meses me volvieron a hacer otra ecografía y me confirmaron que era niña y yo pregunté si era seguro y el médico dijo que estaba clarito, clarito que era niñita, así que cuando nació estuvo todo bien, ningún problema, me di el lujo de tenerla en una clínica, lo niños nacieron en el Salvador, y todo bien.
Pero empezó con sus problemas…al nacer presentó ileo meconial …nadie tenía idea lo que era eso, ella estuvo 10 días sin hacer caquita, o sea primero me dijeron que la niña había hecho cuando me la entregaron, que no me preocupara, pero en la casa no hacía.

Después yo la llevé al pediatra, él me mandó a hacerle un lavado y yo no la quise llevar porque era tan guagüita, no quise, total que la matrona que me atendió me dijo que la estimulara con el termómetro hasta que logré que hiciera.

A los 3 meses le dio una bronconeumonía de nada, porque estaba super bien. El doctor me dijo que era por el smog, los virus… y de ahí le dieron remedios, pero nunca se le quitó ese ruido del pecho, siempre que uno la tomaba en brazos le cosquilleaba la mano, se sentía ese cosquilleo igual que los gatitos, siempre se sentía eso. Ella subió de peso hasta los tres meses, super bien hasta los tres meses, pesaba 6 kilos, al nacer pesó 31/2 kilos y de ahí empezó con sus diarreas. Comía y se hacía, estaba tomando pecho y se estaba haciendo, las deposiciones empezaron a ser fétidas, eran muy hediondas, yo no soportaba mudarla, yo no soy escrupulosa, pero era algo que uno no soporta el olor, como que se asfixia uno para mudarla. Se pasaba entera…y no subía de peso, yo la llevaba al pediatra, la llevaba particular y le preguntaba que porque no subía de peso, subía 20 gramos, 30 gramos, más no subía y que no que estaba bien … y así llegamos al año.
Como a los 7 meses me cambié de pediatra, ella me dice que si yo era delgada que más le íbamos a pedir a la niña, que estaba bien de peso y la niña no llegaba a los 7 kilos con 7 meses. Total que ya después en Enero a los 11 meses se me enfermó de una bronquitis horrible y ahí no estaba la pediatra que la atendía, así que la llevé a la Clínica Dávila y ahí la doctora la vió y me la encontró desnutrida, me la encontró mal, mal en todo sentido, me dijo que la guagua parecía que yo no la había llevado al médico desde que había nacido, estaba muy enojada conmigo, me decía que yo no me había preocupado de la guagua, que en las condiciones que la tenía… y yo le dije que siempre la llevaba al médico y que los médicos me la encontraban bien y que si yo le decía que la niña estaba delgada me decían que si yo era flaca que más le iba a pedir a la niña. La niña estaba por cumplir el año y pesaba 7 kilos. Ahí ella le mandó a hacer hartos exámenes, me mandó a una broncopulmonar.
La Broncopulmonar me la vió y le mandó a hacer más exámenes y pidió un Test de sudor. Esta Doctora había trabajado en el Calvo Mackenna, ella dijo que de todos los exámenes el más importante era el del Test de sudor, que costara lo que costara tenía que hacérselo, así que le hice todos los exámenes. De la Clínica me llaman para que le vaya a repetir el Test de sudor porque según ellos había sido mal tomado. Así que volví a ir y me dice el Tecnólogo que se lo va a tomar él porque parece que la persona que se lo había tomado no se lo había tomado bien, así que se lo tomó y me empieza a preguntar cosas de la niña…..y todo coincidía, lo que él me preguntaba la niña lo tenía, que si tenía diarrea, que si pasaba mucho con bronquitis, que sí el sudor era muy salado y todas esas cosas coincidían …me sacó el resultado , me dijo que lo esperara que me iba a dar altiro el resultado porque ya con todas las respuestas que le había dado se dio cuenta que el exámen no estaba mal tomado, que era así y que el resultado estaba muy alto y fue altiro a analizarlo y me mandó donde la Doctora que me lo había pedido, así que al otro día se lo fui a mostrar y me dice que la niña tiene una enfermedad que se llama Fibrosis Quística del páncreas …pero que ella no me puede dar más información porque estaba ocupada, porque se lo fui a mostrar así no más sin hora. Me dijo que me viniera al Calvo Mackenna a buscar a una Doctora, a una broncopulmonar que se llama Isabel Largo, que era ella la que se encargaba de estos niños y que ahí me iban a explicar todo lo referente a la enfermedad.
Yo me fui donde mi mamá ese día porque nos quedamos de juntar con mi hermana, porque ella veía que la niña estaba mal y le había pedido hora con la pediatra de mi sobrina y justo ese día le había dado hora así que…Yo me imaginaba que la niña tenía una enfermedad al páncreas, por el hecho que nombraban el páncreas yo decía Dios que voy a hacer si tiene algo al páncreas, que vamos a hacer, de donde vamos a sacar plata, pero…ya…en la tarde fuimos a la pediatra de mi hermana con todos los exámenes en mano, tenía los papeles que me habían pedido, se los llevé y ella me explicó y me dijo lo que era la Fibrosis Quística, que tenía que luchar mucho por la niña, que en Chile no había remedio para eso, que los niños no duraban mucho y que era una enfermedad genética, que a la niña nunca la iba a ver gordita, que iba a costar que creciera, que prácticamente no iba a ser una niña normal para su edad …y ahí me dijo que era cierto que me tenía que venir al Calvo, que era la Dra. Largo la única en Chile que veía a estos niñitos, así que tenía que venirme acá y que ella no me podía ofrecer atenderla porque la niña necesitaba una especialista que la viera. Así que llegué aquí al Calvo y la Doctora estaba de vacaciones y me atendió otra Doctora y esa Doctora me dijo que la niña se estaba muriendo, que no tenía derecho a pegar siquiera una pestañeada por que la niña se estaba muriendo….así que para mi fue terrible ese día, a parte que retó a la enfermera porque me había dado hora, porque no me correspondía acá …la retó delante de mí… fue desagradable, después que me dice eso que la niña se está muriendo, o sea fue algo terrible. Yo salí y la auxiliar me hablaba, me preguntaba que me había dicho la Doctora y yo no podía hablar, era algo que ….quedé pa` dentro, no podía creerlo que tanto desear una niñita y se me estaba muriendo y yo decía porque si yo la quería tener, yo la pedí, yo la deseaba, porque Dios me la quería quitar, cuando había otras que tenían hijos pa` puro tenerlos y botarlos y darles un mal vivir y yo no le iba a dar un mal vivir, entonces porque era tan así conmigo…( se emociona )…la auxiliar me habló y le dije que no podía hablar, me dijo que me tenía que calmar que esto era así, que tenía que tener mucha fuerza para salir adelante y ahí me destapé y me puse a llorar, ella me dio agüita y después cuando me fui, me fui derecho a la Iglesia que está ahí en Providencia, ahí estuve llorando, no me podía convencer …y lloraba en la calle y me decía: “María no podís llorar en la calle, la gente te va a ver llorando”, pero no podía aguantarme era una cosa que salía sola, que brotaba, aunque yo me quería dar ánimo para no llorar en la calle, pero no podía aguantarme.
Llegué a la casa, patié todo, los sillones, las sillas , lo que se me cruzara en el camino, todo…y después cuando le dije a mi marido …esperaba otra reacción de él, esperaba que él me dijera no importa, vamos a luchar, vamos a salir adelante…se paró y se fue a encerrar al baño, no me dijo ni media palabra …y nunca me dijo no importa, la vamos a sacar adelante, o sea , a pesar que siempre hemos luchado los dos juntos, pero nunca lo escuché darme ánimo hasta ahora que llevamos 7 años luchando, ahora recién él me dice: “no importa, viste hemos podido, nos ha costado pero hemos podido”

La niña tiene 8 años está gordita, tiene buen porte, o sea yo la miro y todo lo que me dijeron no fue así. Igual su enfermedad es grave, pero que yo la iba a ver siempre desnutrida, que no la iba a ver con un porte normal, o sea ahora es una niña normal, cualquiera que la ve no se da cuenta que es una niña enferma…lo único es que pasa hospitalizada… sus tratamientos… lleva como 10 o más hospitalizaciones, no sé cuantas lleva, creo que más de 15. Su primera hospitalización fue cuando tenía 1 año, cuando estaba recién diagnosticada, ahí fue terrible porque nadie …no hallaba donde llevarla, nadie me la quería recibir, yo estaba con Isapre, o sea estaba recién empezando con la Isapre. Me salía todo tan caro y en los hospitales no me la querían recibir, aparte de que acá no la habían integrado todavía y a la niña le dio una bronconeumonía, la Dra. del consultorio no sabía que hacer, donde mandarla, nadie la quería recibir ni aquí en el Calvo ni en el Josefina.
Al final cuando logramos hospitalizarla estaba malita, estaba bien mal, después la Doctora me dijo que la niña de milagro había pasado la noche, de milagro estaba viva porque había llegado muy mal, muy mal, habíamos pasado 3 días tratando de hospitalizarla. Pero salió adelante y después tuvo su segunda hospitalización a los 2 años y medio y de ahí no se hospitalizó hasta los 5 años y ahí empezó con las hospitalizaciones cada 3 meses.
Cada hospitalización es estresante para mí, es cansador porque yo tengo que ver los otros 2 niños, ..eh.., preocuparme de dejarles almuerzo, de dejar las cosas y venirme todo el día con ella acá, entonces me agota, el hecho de estar aquí con ella y de no hacer nada parece que uno más le agota porque llego más cansada de estar ahí sentada con ella. Pero igual me da rabia, no me gustaría que estuviera así hospitalizada, yo sé que es por el bien de ella, me doy ánimo y tengo que seguir luchando…
La calidad de vida de ella es buena, hasta el momento es buena, aunque ella ya tiene su pequeño daño al pulmón, lo tiene un poquito dañado, pero ella hace una vida normal, va al colegio, juega con sus amigos, lo único que tanto correr, tanto agitarse la hace toser, entonces es incómodo porque la gente la mira como que… no sé que cosa tiene, o me miran a mí como diciendo como tenís a esa niñita, no la cuidai, mira como está resfriada, las puras miradas a mí me da la impresión de que reprochan de que no sé…es que le viene una tos incansable a la Lissette, tose tanto entonces es súper incómodo…En el colegio también es incómodo para ella porque cuando están en clases ella tose y a la profesora también se molesta un poco…
Lo más difícil de todo ha sido superar la enfermedad, que la miren a uno como bicho raro por el hecho que la niña tose tanto, eso no me gusta, no me gusta que la gente me mire como culpándome, como no sé. De repente se acercan a dar consejos, que llévala al médico, que hágale esto, hágale esto otro, si no saben lo que ella tiene, yo me siento mal por que no voy a estar diciéndole a todo el mundo ella es así, ella tiene Fibrosis Quística, eso es lo difícil, que de repente uno va en un colectivo y la niña se pone a toser y que uy! la niña tiene tos convulsiva, llévala al médico y cosas así.

Lo que me ha facilitado el camino es el hecho de ser mamá, de sacar fuerzas, no sé, es que uno como mamá siempre trata de sacarlos adelante …siempre uno da todo por ellos.
Esto de un principio lo he vivido sola, mi familia a parte de sentirlo, de preguntar como está la niña…, más allá no está con uno, por que toda la ayuda que uno quisiera tener de ellos no la tiene, no me refiero a ayuda material, pero mis otros hijos se han criado solos mientras yo he estado en el Hospital, pasan solos, no tengo ayuda para que me los vayan a cuidar, que me ayuden a ordenar la casa cuando la niña está acá, o sea siempre nos las hemos arreglado solos, mi esposo, los niños y yo.
Cuando la niña tenía como tres o cuatro años, ya no me acuerdo, llegaron mis amigos de mi juventud en mi grupo de la Iglesia a ofrecerme su ayuda, a hacer un evento para la niña, que no me podían dejar sola, eso fue lindo, …nunca lo esperé, nunca pensé que ellos iban a llegar al lado mío después de tantos años sin vernos, sin tener contacto. O sea a parte de cuando uno se cruzaba con uno de ellos … Hola como estai? Y nada más, o sea y que llegaran a mi casa a ofrecerme hacer algo por la niña y verlos trabajando, consiguiendo cosas… eso fue lindo… me llenó harto, me dio hartas fuerzas y fue rico sentir que uno no estaba sola, que tenía gente que la quería ayudar…y la Agrupación de Padres…es otra cosa que también uno ve …porque de primera uno piensa que está enfermedad mala la tiene uno no más y después uno se va dando cuenta que hay más y que uno no está sola luchando y eso también ayuda. Eso hace que el camino sea más liviano porque uno no se siente sola al ver que hay más papás en el mismo camino luchando por lo mismo…
El futuro lo veo con esperanza de que pueda salir algo que les ayude a estar mejor o a mejorarlos…no sé… por que como está cuestión va avanzando, y los va dañando y dañando, espero que algún día salga algo …que los ayude a que puedan ser adultos y hacer una vida normal. Porque a medida que se van dañando van perdiendo fuerzas…no me gustaría ver a la Lissette con oxígeno, con el tubito colgando…no sé, no me hago esa idea, no quiero verla así.
Ha sido duro ver la partida de otros niños, por que uno se cuestiona y dice: “me va a tocar a mí vivir lo mismo” … y que uno los conoció y los crió …y ver que después se van y que no están es duro, es difícil y después explicarle a la niña que porque no está, que porque no lo ve, sobretodo al Héctor que es el que más ha echado de menos y por el que más me pregunta. Ahora ya logré decirle que había fallecido, pero me costó mucho decirle porque me preguntaba mucho de porque no lo veía. Cuesta cuando un niño se va, cuesta superarlo, sacar fuerzas de nuevo, porque uno sabe que va a llegar a lo mismo.
A los papás que están recién empezando les diría que tengan fuerzas, esperanza, porque ahora al menos hay una gran ayuda que es la que da el Ministerio de Salud con el financiamiento de esta enfermedad, porque de primera no teníamos ayuda y eso era lo más difícil, más encima de donde íbamos a sacar y cuando no hay es peor porque sino tenemos los medicamentos para los niños más se empeoran, es una enfermedad cara, todo esto es carísimo, entonces yo creo que antiguamente muchos niños se iban más por el hecho que los papás no tenían para comprarles todos los medicamentos que necesitaban …ahora tenemos todo al alcance de la mano, o sea, la mayoría, lo más caro. Como dije antes les diría que tengan fuerza y esperanza, no digo que no cueste, a mi igual me cuesta de repente, me rebelo también, me enojo un poco con Dios y de repente digo hasta que no existe porque como que lo desafío a que se me presente si realmente existe porque uno va viendo tantas cosas que duelen, sobretodo con los niños porque permite tantas cosas con los niños, pero después digo que hay que seguir luchando no’ más y harta fuerza a los papás nuevos, que hay que luchar por sus hijos sobretodo a las mamás que somos las que más nos sacrificamos, a las que más nos toca duro, el papá claro tiene que trabajar, tiene que seguir su vida normal para poder tenerle una vida cómoda a los niños, pero igual el hecho de estar pendiente de los medicamentos, que traerlos al Hospital, que la kinesiterapia respiratoria, todo tiene que hacerlo uno, es cansador, pero uno siempre puede, uno siempre está ahí…eso”.


Esta entrevista se realizó en el mes de Septiembre del año 2005. El año 2006 fue un año complicado para Lissette, pues luego de las vacaciones de verano comenzó a presentar hospitalizaciones más frecuentes y prolongadas.
En el mes de Julio 2006 Lissette desarrolló una infección pulmonar que no cedió a los tratamientos antibióticos aplicados falleciendo, luego de una larga hospitalización, el 29 de Septiembre del año pasado. No alcanzó a ingresar al programa de Oxígenoterapia domiciliaria.
La Sra. María está un poco mejor ahora, continúa participando en la Agrupación de Padres de niños con Fibrosis Quística y asiste a terapia en COSAM cercano a su domicilio.